Una de las bromas recurrentes antes de venir a Nueva York era “te pararán en inmigración y te llevarán al cuartelillo”. He tenido que esperar hasta querer pasar la frontera que separa Estados Unidos y Canadá para vivir esa maravillosa experiencia que, gracias a Dios, no llegó a cacheamiento indecente. Supongo que los meses que llevo aquí me hicieron olvidar que estoy de prestado y que por mucho que una se sienta como pez...
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Hace 9 años